domingo, 20 de abril de 2014

El mismo debate de siempre.

Al fin y al cabo nuestra cabeza suele tener razón, pero por algún extraño motivo nos dejamos guiar por lo que dice nuestro corazón.
Vamos por la vida con una estúpida armadura pensando que jamás sentiremos dolor de esa manera, hasta que llega alguien que poco a poco consigue quitarte esa estúpida capa de hielo. Te entregas totalmente, piensas que todo va a salir bien. Tienes miedo de que todo sea tan perfecto, piensas que es un sueño.


Una noche te acuestas con una sonrisa de oreja a oreja, al día siguiente te levantas con el corazón en un puño. Todo lo que sentías, todo lo que escuchabas y pensabas… Esa extraña montaña de recuerdos y sentimientos ha desaparecido y solo te queda hacerte una pregunta “¿por qué?” Das miles y miles de vueltas a la pregunta esperando obtener una respuesta, la cual no encuentras y vuelves a repetirte de nuevo la pregunta  “¿por qué?”




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